Espectáculo divertido, picaresco, romántico y muy participativo
de la música que triunfaba a principios del siglo XX
Pese a su origen francés, España fue el espacio idóneo
para que el frívolo cuplé tomara importancia.
Madrid fue inspirador convirtiéndolo,
como tan acertadamente lo definió Manuel Machado, en
”La poesía callejera de la luz artificial”.
OLGA MARÍA RAMOS,
acompañada de su pianista el profesor PABLO JIMÉNEZ,
evoca a las grandes cupletistas de la época:
Raquel Meller, La Fornarina, La Goya, La Bella Chelito…
Sin olvidar a Sara Montiel y Olga Ramos
que surgen en su cálida y bien timbrada voz,
con los más populares cuplés y chótis.