Tras su paso con éxito por la fama de GH en el caso de Ania Iglesias -finalista de la primera edición- y Jordi Pons -presentador y actor- deciden montar una agencia dedicada a la recuperación y reciclaje de los muchos juguetes rotos de la televisión y de la fama procedentes de concursos, presentadores que tuvieron su momento, deportistas, políticos y un largo etc.

Ania y Jordi, en lo laboral más o menos desarrollan con éxito sus proyectos, pero en lo personal son víctimas de los síndromes post-fama y otras miserias que viven día a día y que les humaniza, quitándoles ese halo de “supuesto éxito”. En código de humor analiza lo que significa la fama, hoy en día, y qué pasa cuando se desaparece del foco.

La obra parodia las tendencias actuales; desde la invasión de los coach, hasta la saturación de los contenidos basados en la nostalgia de los años 80. Una visión divertida del mundo mediático que invade la “cultura pop” actual. Se desarrolla en dos actos. En el primero, la protagonista se ha convertido en coach de personas con el síndrome de ser ex-famosos. Imparte sus teorías de cómo salir del trance. Además, mantiene relación con otro exconcursante con el que intenta superar la resaca que deja la popularidad. La protagonista arrastra una serie de fracasos amorosos y tiene que poner todo en orden.

Mediante las charlas que imparte y las reflexiones con su amigo, ira entendiendo dónde está su camino.

En el segundo acto, saturada de los problemas ajenos y propios, empieza a sentir que nunca encontrará quien la entienda y buceará en qué sentimientos son auténticos y cuales un espejismo hasta la solución que aúna sus necesidades personales y profesionales.

¿Qué hace de especial a “RECICLANDO A UN FAMOSO”?

La obra puede realizarse en diferentes escenarios, desde micro-teatros a centros culturales y salas de media y gran capacidad. Teatro de bolsillo, con tres actores y pocos elementos en escena, teatro low-cost en estado puro con la idea de llegar a todos los públicos.

La puesta en escena es muy plástica, adaptándose a cualquier formato de sala o teatro. La interacción con el público asistente es muy activa, son un personaje más de la obra y sus reacciones nutren y motivan cada actuación.